Veronika es una joven veinteañera, guapa, con amigos y con un trabajo que le proporciona la independencia que necesita. Al mismo tiempo tiene suerte a la hora de relacionarse con los hombres, eso si, en encuentros esporádicos sin ningún compromiso.
Aparentemente debería estar contenta con lo que tiene. Sin embargo Veronika no es feliz y decide acabar con su vida. ¿El motivo? Ella no quiere vivir esta rutinaria vida los próximos treinta o cuarenta años, una vida, argumenta, sin ningún tipo de aliciente, en la que todos sus actos están perfectamente estructurados. Por eso decide morir.
Sin embargo, empezará a encontrarse a sí misma entre las frías paredes de un centro psiquiátrico y a replantearse de nuevo su vida, y a buscar a “otras veronikas” que ella desconocía que pudieran existir.
Así, en una interesante visión de quiénes son los verdaderos “locos”, si los que viven como autómatas en una sociedad estructurada con multitud de pautas y normas, o los que se salen de este camino y toman otro alternativo, siendo diferentes a los demás, el autor va a hacer plantearnos el verdadero sentido del rumbo que siguen nuestras vidas, si vamos siguiendo a los demás o si realmente hacemos lo que nos gusta y queremos.
Paulo Coehlo nos ofrece en este libro un canto a la vida, en el que nos sentiremos identificados con algunas de las reflexiones de los personajes, unos a gusto con no saber nada del mundo más allá del psiquiátrico, y otros dispuestos a arriesgarse a vivir la vida, con las alegrías y penas que ello conlleva.
Una obra cautivadora y bella, para pensar y disfrutar.
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